Hoy es un día triste, murió Jorge Guinzburg. No formaba parte de mi familia pero si de mi vida. Sentí lo mismo cuando murió el negro Olmedo, diferentes en su humor generaban lo mismo en los televidentes, los sentíamos uno de nuestros amigos.
Jorge era especial. Jorge no necesitaba recurrir al humor chavacano, ser vulgar, ni ofender para hacer reír. Jorge sabía preguntar eso que nadie se animaba, y reírse junto a su entrevistado cuando una situación era incómoda. Jorge entendía lo que necesitabamos ver, escuchar, sentir, entendía como somos nosotros, los que estamos de este lado de la tele.
Se lo va a extrañar mucho, muchísimo. Seguramente esta semana va a haber un montón de especiales recordándolo, pero nada va a aliviar el dolor de no tenerlo más. El lunes empieza Mañanas informales nuevamente y estoy segura que va a ser terrible. Yo no soy nadie, solamente alguien que lo veía por la tele y que se reía con sus chistes, solamente alguien más que lo admiraba como personaje.
Gracias por todos los momentos buenos que nos diste. Por tratarnos siempre con respeto, por enseñarnos a reirnos de nosotros mismos, y por darnos ese humor inteligente y sutil.
Gracias por pasar por acá y mostrarnos que el humor es el mejor remedio para todo.
Te vamos a extrañar.
